Una sueca muy rápida.

Eva Håkansson cuenta con el récord de velocidad con su streamliner de fabricación casera.

La velocidad también puede ser limpia: Eva Håkansson está segura de ello. La ingeniera mecánica con un doctorado quiere demostrar al mundo que los vehículos eléctricos que respetan el medio ambiente son rápidos y divertidos y que la ingeniería mecánica es una elección excelente como profesión para la mujer. En movimiento con la piloto más rápida del mundo, que ha logrado un nuevo récord mundial de 434 km/h con su streamliner «KillaJoule» de fabricación casera.

Es culpa de los genes

A Eva Håkansson le encanta diseñar vehículos completamente nuevos y participar en carreras con ellos. Con probabilidad se debe a sus genes. Eva creció en su país de origen, Suecia, con un padre que jugueteaba con motos por la tarde y participaba en carreras los fines de semana. Su mecánica: su madre. The logical consequence: Eva was out on the racetrack when she was still a baby.

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«Mi padre era ingeniero y campeón de motociclismo. Yo básicamente heredé su pasión por la ciencia y el motociclismo», explica la ingeniera de 35 años que vive hoy en día en EE. UU. «Prácticamente crecí en su taller de motos y siempre me animaba a ensuciarme las manos. Insistía en que trabajase en mi propio coche y mi propia motocicleta. En 2007, convertimos una moto en una e-bike juntos. Ese fue el comienzo de mi pasión por los vehículos eléctricos».

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«
Un vehículo eléctrico es como el chocolate, pero sin las calorías. »

Eva Håkansson

Carga completa

La moto que construyó con su padre se llamaba «ElectroCat». En enero de 2008, se convirtió en la primera e-bike registrada de Suecia. Poco después, la invitaron a presentar la ElectroCat en el Parlamento sueco y a hablar como ponente principal sobre las ventajas de los vehículos eléctricos.

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«Esa fue probablemente la primera vez que una moto estuvo en un edificio del Parlamento. Al principio, el servicio secreto se mostró un poco escéptico al respecto, hasta que se le informó de que la moto no tenía combustible. Afortunadamente, la moto cupo en el ascensor. La metimos en el edificio del Parlamento por una puerta trasera la noche anterior. Me sentí como en una película de James Bond».

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En 2008, Eva publicó su primer libro: "Hybridbilen - framtiden är redan här". Y para aquellos cuyo sueco está un poco oxidado: "El vehículo híbrido: el futuro ya ha comenzado". Al igual que Eva, el libro se adelantaba a su época. Al buscar información, se encontró con el vehículo eléctrico más rápido del mundo: la "KillaCycle", una moto de arrancones. Se puso en contacto con el propietario, Bill Dube, con el fin de pedirle permiso para incluir una foto del vehículo en su libro.
Un encuentro que le cambiaría la vida. En verano de 2009, Eva Håkansson y Bill Dube se casaron. «Fue con probabilidad la boda más alocada de la década, pero fue absolutamente perfecta». Acompañados por el dicho «Cuando un ánodo se junta con un cátodo, pueden saltar chispas», intercambiamos anillos de material cerámico no conductor. La capilla para la boda era el prototipo de una camioneta de reparto eléctrica. Yo conducía la ElectroCat, Bill llegó en una e-bike».
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Rápida y ecológica

Las cosas siguieron progresando a gran velocidad después de la boda. Pilotó la moto KillaCycle de Dube y batió nuevos récords en arrancones de 1/4 de milla. Sin embargo, la pareja llegó a la conclusión de que necesitaban un enfoque diferente si querían compartir su fascinación por los vehículos eléctricos con los demás. The goal was clear: Eva Håkansson wanted to become the fastest female motorcyclist in the world.
«Puesto que nunca habíamos construido una moto streamliner, al principio fuimos muy ingenuos», recuerda Eva con una sonrisa. «Creímos que bastarían seis meses y 10.000 dólares. Al final, el tiempo y el dinero que tuvimos que invertir en el proyecto se multiplicaron por diez. Pero mereció la pena de verdad. La streamliner KillaJoule superó nuestras mayores fantasías».
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Los años estuvieron marcados por trabajo y más trabajo. La pareja trabajaba a tiempo completo y estudiaba al mismo tiempo. Las tardes libres y los fines de semana, construían, convertían, ajustaban y preparaban la KillaJoule. A esto se añadían las carreras para darle publicidad a las ventajas ecológicas de las motos alimentadas con batería.

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Ambos son ingenieros, así que las conversiones y las modernizaciones de la tecnología de batería llegaron rápidamente. Construyeron un sidecar y adaptaron la cadena de tracción de motores de CC, que según parece pertenecían a la Edad de Piedra, para utilizarla con motores de CA, en consonancia con la era espacial. ¿La piloto más rápida del mundo? Parecía una meta inalcanzable en aquel momento.

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«Tenía el deseo irrefrenable de probar cosas que nadie había probado antes», explica Eva. «Para mí, es divertido sobrepasar los límites de la tecnología y poner mis habilidades a prueba hasta donde sea posible. Siempre quiero ser la mejor en todo. Para poder alcanzar el objetivo que nos hemos propuesto, es necesario trabajar todos los días. Tenemos que desearlo hasta tal punto que nunca lleguemos a rendirnos. Disfruto construyendo más que conduciendo y eso es importante, puesto que se pasan 360 días del año en el taller y solo 5 días en la pista de carreras.

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A la caza de récords

En 2014, Eva Håkansson estableció un nuevo récord oficial de velocidad para pilotas en Bonneville de 240,726 millas por hora (387,411 km/h). Dos semanas después, regresó a Bonneville y analizó con detenimiento los datos registrados en la moto. Así llegó a la conclusión de que la moto podría alcanzar en teoría 265 millas por hora (426 km/h): lo suficiente para colocarse a 1 milla por hora del récord no oficial logrado por una moto de combustible en un aeropuerto del Reino Unido.
«Regresé a la pista de carreras y decidí sacarle el mayor partido posible», recuerda Eva. «Posteriormente, el velocímetro indicó 259 millas por hora, pero sabía que era una velocidad demasiado pesimista. Porque los neumáticos delanteros aumentan su tamaño a medida que la velocidad aumenta y distorsiona el valor que marca el velocímetro. No obstante, no estaba segura de cuál era la diferencia. Cuando la gente que cronometraba determinó que habíamos viajado a 270,224 millas por hora (434,883 km/h), me convertí en la pilota más rápida del mundo. Estábamos demasiado cerca de las 300 millas por hora (483 km/h) como para detenernos en ese momento».
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A toda velocidad hacia un futuro limpio

En agosto, Eva volverá a poner sus límites a prueba con la KillaJoule en las Pruebas de velocidad del lago Bonneville, con la esperanza de batir otro récord. Llama «activismo ecológico oculto» a su estrategia, que consiste en utilizar la velocidad para dejar claro el potencial de la propulsión por batería. Además es capaz de demostrar que las mujeres pueden ser extraordinarias ingenieras, otro de los logros de Eva Håkansson. Se enorgullece de seguir los pasos de su padre, a quien debe sus conocimientos y sus habilidades. «Cuando me encuentro con un problema de ingeniería mecánica complicado, lo llamo y siempre me ofrece una solución inmediata. He aprendido mucho de él. Para empezar, he batido récords con un vehículo que he construido con mis propias manos gracias a él».

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